El camino hacia un mundo Net Zero es largo y arduo, y probablemente no debería hacerse en avión.
La aviación se considera uno de los sectores más difíciles de descarbonizar: lea este artículo para saber por qué.
La contribución de la aviación al cambio climático
La aviación mundial, que incluye aviones de pasajeros y de carga, es responsable de casi el 2 % de las emisiones de gases de efecto invernadero y del 2,5 % de las emisiones de CO2 (alrededor de mil millones de toneladas en 2018). Eso es mucho menos que el transporte por carretera (11,9 % de los GEI) o incluso el ganado (5,8 %). Pero el efecto de estas emisiones se ve agravado por los impactos colaterales de volar.
Según Our World in Data, “además de emitir CO2 al quemar combustible, los aviones afectan la concentración de otros gases y contaminantes en la atmósfera. Producen un aumento a corto plazo, pero una disminución a largo plazo del ozono (O3); una disminución en el metano (CH4); emisiones de vapor de agua; aerosoles de azufre; y estelas de agua. Mientras que algunos de estos impactos resultan en calentamiento, otros inducen un efecto de enfriamiento. En general, el efecto de calentamiento es más fuerte”.
Al final, el sector de la aviación es considerado responsable del 3,5% del calentamiento global.
Combustibles alternativos para descarbonizar la aviación
El combustible es el mayor contribuyente a la huella de carbono de los viajes aéreos. Eliminar las emisiones del combustible de aviación contribuiría a una reducción del 65 % en las emisiones de carbono del sector, según la Asociación Internacional de Transporte Aéreo (IATA).
Sustainable Aviation Fuel
Actualmente, la única alternativa al queroseno, el combustible preferido para los aviones, es el Combustible de Aviación Sostenible (Sustainable Aviation Fuel o SAF), esencialmente un biocombustible que puede fabricarse a partir de casi cualquier tipo de residuo (plantas, aceite de cocina, ropa usada, etc.). Si bien la quema de estos productos genera emisiones de CO2, el SAF presenta una reducción en las emisiones del ciclo de vida de hasta un 80 % en comparación con el combustible tradicional. Esto se debe a que en parte está hecho de plantas, que absorben CO2 para crecer, y en parte a que evita las emisiones de gases de efecto invernadero de los vertederos o el tratamiento de residuos. Además, el SAF no puede fabricarse con materiales que desvíen el uso de la tierra de la producción de alimentos o de los productos de la deforestación.
Una de las ventajas de SAF es que se puede mezclar con combustibles convencionales para reducir la huella de carbono de los vuelos sin tener que modificar los motores de los aviones. Sin embargo, el SAF puede ser hasta ocho veces más caro que el queroseno, lo que lo hace prohibitivo en muchos casos.
Hidrógeno verde
La otra alternativa al queroseno es el hidrógeno verde, una tecnología que aún está en desarrollo pero que eliminaría el 100 % de las emisiones derivadas del combustible de los viajes aéreos. El hidrógeno es un combustible de cero emisiones que se puede producir a partir de diferentes fuentes: el hidrógeno marrón se produce quemando carbón, lo que anula su propósito de cero emisiones; y el hidrógeno azul se fabrica a partir de combustibles fósiles, con captura de CO2 integrada en el proceso (esta se considera actualmente como la mejor opción para reducir las emisiones a un costo razonable). El hidrógeno verde es el verdadero cambio de juego, ya que se produce a través de la electrólisis del agua utilizando energía renovable. Su producción casi no tiene impacto en el medio ambiente, por lo que es la opción más sostenible para la aviación.
El hidrógeno verde todavía es muy costoso de producir, pero su costo se está reduciendo a medida que la energía renovable se vuelve más barata y la demanda de electrolizadores está aumentando. Los motores de hidrógeno son diferentes de los motores de combustibles fósiles, pero las aerolíneas ya están pilotando aviones de hidrógeno: el ZEROe de Airbus pretende ser el primer avión comercial de cero emisiones. Se estima que el hidrógeno entrará en la combinación de combustibles de la aviación en la década de 2030.
La compensación de carbono para la aviación
El sector de la aviación necesita apoyar el desarrollo de combustibles de cero emisiones a través de señales de inversión y demanda, para hacerlos más asequibles. Pero mientras tanto, la mejor opción para la industria es compensar la huella de carbono asociada con los viajes aéreos.
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