Marzo es el mes del ODS 6: agua limpia y saneamiento. El acceso al agua potable es crucial para la salud humana, pero ¿sabes cómo se relaciona este problema con el cambio climático?
Después de centrarse en el ODS 5 (igualdad de género) en febrero, las Naciones Unidas están poniendo el énfasis en el ODS 6 (agua limpia y saneamiento) este mes. Según la ONU, 2 mil millones de personas vivían sin servicios de agua potable gestionados de forma segura en 2020. La presión para resolver este problema es real, especialmente porque la demanda de agua está aumentando debido al crecimiento de la población, la urbanización y las crecientes necesidades de agua de la agricultura, la industria, y los sectores energéticos.
Las fuentes y reservas de agua de la Tierra están amenazadas por el cambio climático, pero una buena gestión del agua también puede contribuir a mitigarlo. En este artículo, exploramos la relación entre el ODS 6 y la acción climática.
ODS 6 – Agua limpia y saneamiento
El agua limpia y el saneamiento es uno de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de la ONU, que forma parte de la Agenda 2030 global. La ONU estima que 829.000 personas mueren cada año por enfermedades directamente atribuibles al agua insalubre, el saneamiento inadecuado y las malas prácticas de higiene, y este ODS tiene como objetivo resolver este problema.
Consta de seis objetivos específicos, cinco de los cuales están orientados a 2030:
- Lograr el acceso universal y equitativo a agua potable segura y asequible para todos
- Lograr el acceso a un saneamiento e higiene adecuados y equitativos para todos y poner fin a la defecación al aire libre, prestando especial atención a las necesidades de las mujeres y las niñas y las personas en situación de vulnerabilidad
- Mejorar la calidad del agua reduciendo la contaminación, eliminando el vertido y minimizando la liberación de productos químicos y materiales peligrosos, reduciendo a la mitad la proporción de aguas residuales sin tratar y aumentando sustancialmente el reciclaje y la reutilización segura a nivel mundial
- Aumentar sustancialmente la eficiencia en el uso del agua en todos los sectores y garantizar extracciones y suministros sostenibles de agua dulce para abordar la escasez de agua y reducir sustancialmente la cantidad de personas que sufren escasez de agua.
- Implementar la gestión integrada de los recursos hídricos en todos los niveles, incluso a través de la cooperación transfronteriza, según corresponda.
El objetivo final debía alcanzarse para 2020 e implicaba proteger y restaurar ecosistemas relacionados con el agua, incluidas montañas, bosques, humedales, ríos, acuíferos y lagos.
La amenaza del cambio climático para el agua
Dado que el agua es una necesidad básica para la salud humana, necesitaríamos resolver problemas de gestión, escasez e higiene incluso si nuestro clima fuera estable. Pero el calentamiento global amenaza con convertir los problemas de agua del mundo en una crisis. Hay varias maneras en que el cambio climático está afectando el agua en la Tierra.
Cambios en las lluvias
El aumento de las temperaturas está provocando una mayor evaporación del agua, lo que intensifica el ciclo hidrológico de nuestro planeta. Esto significa que las lluvias son cada vez menos frecuentes, pero mucho más intensas.
Los científicos predicen que las precipitaciones extremas se intensificarán con el calentamiento global en gran parte del mundo “a medida que la concentración de vapor de agua atmosférico que suministra el agua para la precipitación aumenta en proporción a las concentraciones de saturación a una tasa de alrededor del 6% al 7% por grado de aumento en la temperatura”.
Sin embargo, es probable que el clima alterne entre precipitaciones extremas y largos períodos de sequía. Por ejemplo, este invierno se registraron niveles récord de bajas precipitaciones y nevadas en toda Europa. Como resultado, la disponibilidad de agua variará ampliamente a lo largo del año, oscilando entre abundancia y escasez.
Contaminación del agua
Cuando cae demasiada lluvia de una vez, el suelo y las plantas no pueden absorberlo todo. Esto conduce a un fenómeno conocido como «escorrentía», por el cual el exceso de agua se drena en los ríos cercanos, recogiendo desechos y contaminantes como fertilizantes en el camino. Esta agua contaminada acaba en lagos, turberas, mares y océanos, contaminando todo el suministro de agua.
Derretimiento del hielo
Otro efecto famoso del cambio climático es el derretimiento de los glaciares, los casquetes polares y el hielo marino. Hoy en día, alrededor del 10 % de la superficie terrestre de la Tierra está cubierta por hielo glacial (90 % en la Antártida y 10 % en Groenlandia). El derretimiento de una cantidad tan grande de hielo está provocando un aumento del nivel del mar y una desaceleración de las corrientes, además de liberar más gases de efecto invernadero a la atmósfera.
Desertificación
Debido a que el cambio climático está provocando más evaporación y menos precipitaciones, es en parte responsable de la desertificación de los suelos en todo el mundo. Según el Panel Intercontinental sobre el Cambio Climático (IPCC), la desertificación ya ha reducido la productividad y los ingresos agrícolas y ha contribuido a la pérdida de biodiversidad en algunas regiones. También está conduciendo a la propagación de plantas invasoras que se traduce en pérdidas de servicios ecosistémicos.
Una de las formas de combatir la desertificación del suelo es la implementación de prácticas regenerativas en la agricultura (una práctica a veces conocida como carbon farming). El Proyecto Jari Pará REDD+, por ejemplo, produce alimentos de manera sostenible y reduce las emisiones de GEI en la Amazonía brasileña.
La gestión del agua como solución al cambio climático
Como se vio anteriormente, el cambio climático tiene un impacto negativo definitivo en el agua de nuestro planeta. Es por eso que encontrar soluciones de agua eficientes que nos ayuden a preservar la disponibilidad y la calidad del agua para todos es crucial para la acción climática.
Acceso al agua segura
Proporcionar a las personas agua segura para beber no solo es una necesidad básica de salud, sino que también conduce a una reducción de las emisiones de carbono. Esto se debe a que cuando el agua no está limpia, las personas se ven obligadas a hervirla antes de beberla, a menudo utilizando fuegos abiertos ineficientes que emiten CO2. Es por eso que iniciativas como el Proyecto de Agua Segura de Sierra Leona son tan importantes: no sólo reduce la probabilidad de enfermedades transmitidas por el agua en la comunidad local, sino que también conduce a un aire más limpio y menos contaminado.
Gestión de las aguas residuales
Debido a que el cambio climático aumenta el riesgo de contaminación del agua, la reducción de esta contaminación se vuelve aún más importante. Algunos proyectos están utilizando una metodología innovadora para tratar o reutilizar las aguas residuales que salen de las fábricas, evitando la escorrentía dañina. Por ejemplo, el proyecto Carotino Palm Oil Mill en Malasia ha instalado un sistema de circuito anaeróbico que cubre las lagunas de aguas residuales de la fábrica, capturando el metano que se libera naturalmente de las aguas residuales y convirtiéndolo en electricidad. Esta electricidad se utiliza luego para alimentar la fábrica de aceite de palma y se retroalimenta a la red nacional, creando una producción circular sostenible.
Limpieza de las fuentes de agua
Finalmente, dado que la contaminación es inevitable, es indispensable limpiar las vías fluviales y los océanos del mundo. Este proyecto, por ejemplo, consiste en retirar plástico del mar Mediterráneo y transformarlo en productos de valor.