Las olas de calor y los incendios forestales son una consecuencia muy real del calentamiento global, pero no son inevitables.
Como todo lo relacionado con el cambio climático, mitigar estos eventos requiere una acción drástica y decidida por parte de gobiernos, empresas y particulares. En este artículo exploramos cinco iniciativas que pueden tener un impacto positivo directo en la frecuencia e intensidad de estos fenómenos meteorológicos extremos en los próximos años.
1. Abordar las emisiones de carbono
Nuestra primera y más urgente prioridad para combatir los efectos del cambio climático debe ser combatir el cambio climático en sí mismo, y eso solo puede lograrse a través de la reducción drástica de la huella de carbono del mundo. Desde el Acuerdo de París, los países están tratando de crear los mecanismos adecuados para que esto suceda, pero el progreso es lento.
Mientras tanto, el sector privado tiene un papel crucial que desempeñar. Cada empresa debe calcular su huella de carbono, tomar medidas para reducirla, y compensar las emisiones restantes.
2. Proteger y restaurar los bosques
Los bosques son increíbles sumideros de carbono que pueden ayudarnos a reducir las emisiones: se estima que plantar 2 mil millones de acres de árboles ayudaría a capturar dos tercios de las emisiones globales de CO2 (alrededor de 205 mil millones de toneladas).
Pero también regulan y estabilizan el clima. La Amazonía brasileña perdió 18 árboles por segundo en 2021 y el clima del país alcanzó extremos sin precedentes, entre sequías, incendios forestales y lluvias torrenciales que afectaron la actividad económica y mataron a cientos de personas.
Si queremos combatir las olas de calor, debemos proteger y restaurar los bosques del mundo. Es por eso que muchos de los proyectos de compensación de carbono en el marketplace de ClimateTrade se enfocan en la reforestación.
3. Hacer las ciudades más verdes
Los datos sugieren que eliminar la vegetación y crear áreas de tráfico intenso, como las rotondas, genera las llamadas «islas de calor», donde la temperatura puede llegar hasta 12°C más alta que en otras partes de las ciudades. Estas islas propagan un calor extremo en los barrios circundantes, poniendo en riesgo a sus residentes.
Para proteger a las personas vulnerables y mejorar la calidad de vida dentro de las ciudades, es fundamental aumentar la cobertura arbórea y reducir el tráfico en las zonas urbanas.
4. Apoyar la agricultura regenerativa
En la agricultura tradicional, los campos son despojados de árboles y vegetación nativa para plantar un solo tipo de cultivo, apoyando su crecimiento con pesticidas y fertilizantes químicos. Con el tiempo, estas prácticas erosionan el suelo y afectan su salud y su capacidad de retención del agua. Esto amenaza la seguridad alimentaria y crea un entorno propicio para las sequías y los incendios forestales. Además, tanto los cultivos como los agricultores se vuelven mucho más vulnerables a las olas de calor en estas condiciones.
En la agricultura regenerativa, se plantan varios tipos de cultivos y árboles en el mismo campo para mantener un ecosistema sano y equilibrado. Esta diversidad reduce la necesidad de productos químicos y ayuda a regular el clima local, brindando mejores condiciones de vida para las plantas, los animales y los trabajadores agrícolas. Apoyar la transición del sector alimentario hacia la agricultura regenerativa es una forma muy eficaz de mitigar los fenómenos meteorológicos extremos que resultan del cambio climático.
5. Comer menos carne
Como se vio anteriormente, la deforestación está directamente asociada con la acceleración del cambio climático, y la producción de carne es el principal motor de deforestación en todo el mundo. En la Amazonía, es común que los agricultores quemen ilegalmente grandes áreas de bosque para crear espacio para la cría de ganado, una actividad lucrativa.
Al comer menos carne y reducir la demanda, podemos eliminar los incentivos para este tipo de deforestación. Es una acción simple que cualquier uno de nosotros puede tomar hoy para combatir el cambio climático y reducir la frecuencia e intensidad de las olas de calor.