La pandemia nos ha enseñado mucho sobre lo que realmente importa para nosotros humanos: salud, contacto y solidaridad. ¿Pero qué nos puede enseñar la Covid-19 sobre la manera de combatir el cambio climático?
Emisiones de GEI
Al principio de la crisis, todos los esfuerzos de las empresas fueron hacia la supervivencia de su negocio: se crearon planes de contingencia para aguantar la disminución inesperada de la actividad, y la sostenibilidad se mantuvo en segundo plano (por suerte las empresas ya están volviendo a concentrarse en sus objetivos net cero).
Pero al mismo tiempo, los confinamientos instaurados a lo largo de 2020 llevaron a una disminución anual del 6-7% en las emisiones fósiles, comparado con 2019 – la primera reducción de las emisiones desde la crisis financiera del 2008. El sector del transporte lideró esta reducción, ya que los confinamientos y los cierres de las fronteras pararon una gran parte de los vehículos. Con la disminución de la actividad humana y de la polución del aire, maravillosas imágenes de delfines en los canales de Venecia se convirtieron en un símbolo de la capacidad de la naturaleza para prosperar cuando le damos su espacio.
La tendencia no duró mucho, y las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) volvieron a los niveles de pre-pandemia en 2021, pero la experiencia es una prueba de que la acción drástica de los gobiernos puede resultar en mejoras rápidas en la lucha contra el cambio climático.
Adaptabilidad humana
La otra cosa que la pandemia nos ha enseñado es como de adaptables somos frente a una crisis. En pocos meses, los gobiernos implementaron legislaciones de emergencia para contener la pandemia, construyeron hospitales temporarios y concentraron todos sus esfuerzos hacia el desarrollo de una vacuna, lo que tardó menos de un año.
Casi la totalidad del trabajo de oficina se hizo online durante el confinamiento, cambiando la manera con la que el mundo colabora, y reduciendo la necesidad de viajes aéreos. Los eventos cambiaron su formato hacia un modelo híbrido flexible que se mantiene hoy y está ayudando al sector a reducir su huella de carbono.
La crisis nos llevó a cambiar nuestros hábitos, y eso tuvo un efecto generalmente positivo en el planeta. Esto nos debería dar ánimo para mantener algunos de los nuevos hábitos adquiridos durante la pandemia, ahora que nos estamos acostumbrando al nuevo normal. Considera limitar tus viajes aéreos, teletrabajar cuando sea posible, y en general, consumir menos.
Estatus de emergencia
La lección más importante de la pandemia de la Covid-19 es que cuando tratamos algo como una emergencia y enfocamos todos nuestros esfuerzos para resolverlo, somos capaces de encontrar respuestas rápidas y eficientes. Tenemos que tratar el cambio climático como la emergencia que es, fomentar la cooperación público-privada y apoyar las políticas potentes y la implicación de los ciudadanos para crear los sistemas resilientes que nuestro planeta y las generaciones futuras necesitan.
Es hora de construir una economía dirigida a las prácticas sostenibles. Una economía que funciona simultáneamente para las personas y el planeta.
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