La huella de carbono es el total de las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) que una persona, empresa o país suelta a la atmósfera, expresada en CO2 equivalente. Estas emisiones son responsables por el calentamiento global, por lo que es necesario reducirla en la lucha contra el cambio climático. Por eso, muchos gobiernos han puesto límites en la cantidad de emisiones que las empresas pueden producir, asociados muchas veces con un impuesto al carbono. Muchos países y empresas se han comprometido a alcanzar la neutralidad en carbono antes de 2050, lo que significa que todo el carbono que emitirán será compensado y ninguno entrará la atmósfera para desestabilizar el clima.